Existen muchísimos moldes de hornear, de muchísimas formas, tamaños y materiales…
Cada temporada, las marcas nos sorprenden con novedades, y muchas veces nos preguntamos ¿Cómo es esto posible? ¿Aún falta algún molde por descubrir?. Pues sí, siempre nos van a sorprender, con nuevas estilos, materiales novedosos, y diseños más atractivos.
En la publicación de hoy, aprenderás qué moldes básicos necesitas en tu cocina, cómo cuidarlos, cómo sacarles mayor partido, y cuáles no pueden faltar en tu colección.
Es muy importante que compres moldes de calidad, ahorraremos disgustos y dinero. Si los cuidamos bien, nos durarán toda la vida. Y si el molde no es de calidad, por mucho que los tratemos con todo el cariño del mundo, tendremos que desprendernos de ellos antes de lo que nos gustaría.
Tipos de moldes de hornear
Vamos a ver que tipos de moldes existen, y cuál debemos utilizar para cada elaboración.
Moldes para hornear clásicos. Desmontables o no.
El molde clásico por excelencia, es el redondo de unos 24-26 cm de diámetro y sobre unos 7 cm de alto. Se utiliza para la elaboración de bizcochos tradicionales, que se pueden cortar en capas o servir directamente. Suelen tener la base desmontable. También se utiliza para elaborar la famosísima Tarta de la Viña.
Otro molde clásico, redondo y que no puede faltar en ninguna cocina. Es el molde de unos 18-20 cm de diámetro y 10cm de alto. Este molde se utiliza para hacer tartas altas, o bizcochos para luego cortar en capas y rellenar.
Moldes para muffins o magdalenas.
Son moldes con pequeñas cavidades, donde se debe colocar el papel de las muffins. Evitarán que el papel se abra por el peso al verter la masa, controlará el número de muffins que horneamos, evitando que baje de golpe la temperatura del horno. Estos moldes, también podremos utilizarlos para hornear masa quebrada y hacer tartaletas saladas.
Moldes para hornear Layer Cake.
Este tipo de moldes, al igual que muchos otros, hacer referencia al nombre del pastel que vamos a preparar. Son moldes muy planitos que se utilizan para elaborar bizcochos por separado para hacer una tarta de capas.
Molde para Plum Cake.
Plum cake, bizcocho rectangular alargado típico de la cocina inglesa. Suelen ir rellenos de frutos secos, semillas o fruta confitada. Pues bien, este tipo de bizcochos, debe hornearse en un molde especial para Plum cake. También podemos preparar el famososo, Banana Bread, y que si todavía no has probado, no sé a qué estás esperando.
Moldes Bundt Cake.
El Bundt Cake, es un bizcocho horneado en este tipo de molde, con un agujero en el centro. Suelen ser bizcochos grandes, con la miga prieta, y el exterior crujiente. Estos moldes, reparten el calor muy bien y su chimenea es muy importante para una buena cocción de un bizcocho grande. Son moldes de aluminio fundido.
Moldes para Brownies.
Son moldes cuadrados o rectangulares, no muy altos, ya que este tipo de bizcocho no suele adquirir mucha altura.
Cómo utilizar los moldes de hornear.
- Aunque nuestros moldes sean antiadherentes tendremos que engrasarlos siempre que los usemos. Podemos utilizar mantequilla, aceite de oliva o spray desmoldeante. Personalmente, me encanta utilizar el spray, así nos aseguraremos que llegamos a todas las aristas del molde.
- Cuando saques el molde del horno, déjalo reposar 5 o 10 minutos antes de desmoldar y evitar cambios bruscos de temperatura. Verás cómo tu bizcocho se “encoge” un pelín, despegándose del molde para facilitar su desmoldado. Pasado ese tiempo de reposo, ya puedes desmoldar.
- Nunca utilices un estropajo que pueda rallarlo. Si se ha quedado la masa pegada, ponlo a remojo con agua y poco a poco se irá despegando, pero no rasques el molde. Si lo rascas, saltará el antiadherente.
- Nunca laves un molde en el lavavajillas, siempre debes hacerlo a mano. La presión del agua puede eliminar la capa antiadherente.
Espero que con estos consejos, la vida útil de tus moldes sea infinita. Y recuerda, que unos moldes de calidad y bien cuidados, asegurarán el 50% del éxito a la hora de preparar tus recetas.